La Carretera Austral – Ventisquero Colgante

Este día vamos a intentar llegar a ver el Ventisquero Colgante del Parque Nacional Queulat, pero éste abre sólo de 09:00 a 14:30 h (13:30 h último acceso si se quiere realizar el Sendero al Mirador del Ventisquero). Si nos hemos alojado en Coyhaique tendremos más tiempo que si hemos tenido que hacer noche en Villa Cerro Castillo, en cuyo caso habrá que madrugar más para llegar a tiempo. Este parque cierra los Lunes.

Nos ponemos rumbo a Puyuhuapi, y por el camino nos encontraremos con numerosos puntos en los que detenerse resultaría muy gratificante, como Mañihuales, ideal para dar un paseo en bote por su laguna o la Laguna de las Torres. En nuestro caso, como nuestro objetivo es el parque Nacional Queulat y su ventisquero, no hacemos paradas hasta llegar.

Puyuhuapi se encuentra cerca de dos destacados parques nacionales: el Parque Nacional Isla Magdalena y el Parque Nacional Queulat. Estas reservas naturales ofrecen impresionantes paisajes y una diversidad de actividades al aire libre, como senderismo, navegación y observación de la vida silvestre. En esta zona se encuentran también las Termas de Puyuhuapi, que alcanzan temperaturas muy altas y que puede ser una magnífica excusa para descansar y probar alguna terapia, o simplemente quedarse a realizar deportes náuticos o trekking.

Para el que quiere disfrutar de las conocidas Termas, éstas pertenecen a un complejo hotelero, el “Puyuhuapi Lodge & Spa” . Como explican en su web: “es un espacio privilegiado donde convergen las aguas de mar, de cascada y termal. Cuenta con grandes ventanales que ofrecen una vista panorámica del fiordo y las cumbres nevadas de la Cordillera de los Andes para disfrutar de un confortable baño de paisaje austral. Cuenta con 3 piscinas al aire libre y a orillas del fiordo que dan la posibilidad de sumergirse en un reponedor baño termal o revitalizador baño marino”.

Pero antes de llegar desde el sur hasta la ciudad de Puyuhupai, nos desviamos (por una carretera muy deteriorada, una de las peores que encontramos en nuestro camino) para ver el Ventisquero Colgante del Parque Nacional Queulat.

Parque Nacional Queulat

El Parque Nacional Queulat está ubicado en la comuna de Puerto Cisnes, este parque creado en 1983 tiene 154.093 hectáreas y es bastante accesible. Se caracteriza por poseer el denominado «Bosque Siempreverde», compuesto por coigüe, tepa y tepú, principalmente, además de enormes nalcas. Algunos de los sitios más bonitos del parque son el lago Risopatrón, la laguna Témpanos, el seno Queulat, el salto Padre García y el salto del Cóndor.

Pero entre sus atractivos naturales destaca sobre todo el Ventisquero Colgante, que fue descubierto en 1875 por el Capitán Enrique Simpson. Según su descripción, el ventisquero llegaba a 100 metros de la orilla del mar; actualmente se encuentra a 7.800 m de éste.

Ventisquero colgante

Para observar el ventisquero colgante de cerca hay que dirigirse a la segunda entrada, hasta el parking del Sector ventisquero (20 kms. al sur de Puyuhuapi). Tras un descenso de curvas y contra curvas y una carretera en bastante mal estado, el ventisquero colgante aparece desde la Carretera Austral por encima del bosque siempre verde. Un poco más adelante, está la entrada al parque.

En ese lugar comienzan los senderos para ver el ventisquero, y tienes la posibilidad de elegir entre varias opciones:

Sendero Laguna Témpanos

Recorrido de 30 minutos de distancia de ida y vuelta, donde cruzarás el puente colgante sobre el río Témpanos. Al llegar a la orilla de la laguna puedes montarte en una barca que te acerca hacia el ventisquero desde la laguna y ver en primer plano sus hielos. Este servicio sólo funciona en la época de verano, cuando nosotros fuimos estaba todo cerrado.

Sendero Mirador del Ventisquero

Este es el camino estrella del Parque Nacional Queulat y ofrece las mejores vistas del Ventisquero Colgante. La distancia total de la excursión (ir y volver) son 3,4 kilómetros por trayecto y se puede realizar en unas 2 h 30’ de media. El camino comienza cruzando el río Témpanos, a través de un puente colgante. Después hay una bifurcación, y hay que seguir el camino de la izquierda (está muy bien indicado).

Nosotros encontramos bastante barro porque había llovido los días anteriores y fue bastante complicado llegar hasta arriba, sobre todo porque podías resbalarte con tanta cantidad de barro acumulada, había veces que tenías que agarrarte a los propios árboles para subir algunos desniveles. Pero una vez arriba todo ha merecido la pena. Desde una plataforma se observa el ventisquero en todo su esplendor y la laguna a sus pies. Es un lugar impresionante. Tiene una zona techada por si hay muy mal tiempo. Parada obligada a descansar y contemplar tanta belleza.

Bajamos por el mismo camino y nos encaminamos hacia la población de Puyuhuapi para alojarnos esa noche allí.

Puyuhuapi

Puyuhuapi es el único lugar de la Carretera Austral que bordea el océano. En este tranquilo rincón, se respiran las raíces de las culturas alemana y chilota de los primeros pobladores. Parece que en 1935 unos jóvenes alemanes se aventuraron hacia tierras chilenas y se asentaron allí. Debido a los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial las familias de estos primeros colonos alemanes también se trasladaron a la zona y fueron formando una comunidad junto con la ya existente chilota, dando lugar a una buena relación social y económica basada en la agricultura, la ganadería y la pesca. Incluso fueron llegando vacas desde Alemania con las que se creó una lechería.

Actualmente se pueden ver los vestigios de la influencia alemana de aquella época en algunos comercios y casas, como la de Hopperdietzel Flack donde se puede degustar la cerveza artesanal Hopperdietzel, la Casa Ludwing (monumento histórico) y el antiguo cementerio alemán.

Pasear por su playa, embarcadero, o simplemente callejear por este pueblo da una sensación de quietud y de paz. En la época que visitamos la zona (octubre) aún hacía frío y los alojamientos estaban preparados con leña y estufas para calentar el ambiente, todo muy acogedor, se agradece después de un día de caminata. Cenamos en un lugar en primera línea del mar que nos recomendó nuestra anfitriona del alojamiento y disfrutamos del calorcito, de las hamburguesas tremendas que eran su especialidad y las cervezas artesanales. Otro día maravilloso en la Carretera Austral, próxima parada, el Parque Nacional Pumalín.